viernes, diciembre 08, 2006

Reflexión temporal

Para ser eterna moriré joven
a la edad de la leyenda –los 27.
Mi cadáver será el más feliz que
jamás hayas visto, como una reina
descansaré.
Me envidiarás, tú
que has cumplido ya los 30
mientras tu primera arruga te apuñala
en el espejo. Yo seré leyenda,
pero tú serás pagador de hipotecas,
sustentador de 20 jubilados con tu sueldo,
poseedor de una figura perfecta:
la dieta de cuenta corriente es milagrosa.
Luego yo seré mito, pero tú
estarás en tu cuarta flor de la vida,
y la quinta y la sexta; mientras yo soy eterna
tú serás curandero experto en potingues.
Yo seré finalmente olvidada,
pero tú no-serás,
yo muerta pero tú invisible,
yo silenciosa pero tú no oído,
yo polvo y tú…
¿Qué será de ti entonces?