martes, enero 10, 2012

Un año empieza un día

Un día no fuimos a ninguna parte
nos quedamos dando vueltas
a la ciudad como una tortilla
para devorarla más tarde.

Aquel día empecé a fumarme
las ganas de comerte.
Se disipaban en el humo,
hasta que el hambre volvía
desde tu mirada
a la mía.

Y entre tortillas de ciudad
y cigarrillos con tus ojos
el tiempo se marchó.
Nos dejó roto el reloj,
las bocas secas,
llenas de arena.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encanto lo que cuentas y como lo haces.Resulta muy interesante y es tan viva tu narración que los que te leemos,vivimos y sentimos las emociones de tus narraciones.Anímate a dedicarte a escribir; para ti, según dices,sería una buena forma de vivir. Besos. Sara.
Ah! se me olvidaba decirte que tengo una amiga que sigue tu blog.

Indispania dijo...

Gracias Sara, por leer y por comentar en mi blog. Aunque escribo porque lo necesito, simplemente, saber que alguien quiere leer algo más de lo que escribo me anima.
Y sí, ojalá pudiera dedicarme a escribir solamente!