lunes, septiembre 30, 2013

Estatuas de arena

Imagino tu lágrima en mi ojo.
Intento retornar hasta el centro
y encontrar entre la arena
las estatuas que has construido con ella.

Tu lágrima,
¡tan húmeda y tan chica!
Humedeces las arenas para convertirlas
en estatuas de tiempo muerto.

Alrededor, el desierto
¡tan grande y tan seco!
Desde la duna más alta,
atisbo un campo de estatuas
que riegas, que cuidas,
a las que tus manos tan suaves
dan forma.

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