viernes, noviembre 29, 2013

Supermercado


Él quería tachar el amor de su lista de la compra. Protegerlo de la intemperie y del moho verdoso, guardándolo en la alacena de la cocina, siguiendo al pie de la letra la leyenda de las etiquetas: "guárdese en un lugar fresco y seco". Y quería, cada mañana, abrirlo y untarlo en las tostadas del desayuno. 


Pero ella se negó a ser confitura de fruta troceada en un tarro de cristal.




2 comentarios:

Sicanderontour dijo...

¿Quién sería tan insensato para encerrarla en un tarro de cristal? Al cogerlo para untar la confitura, se escucharía un tic-tac vibrante y acelerado. No, los botes de confitura no han sido creados para auscultar su contenido.

Indispania dijo...

Me encanta lo de "auscultar" el contenido